El avión Cessna 172 que ayer se estrelló en Perales de Tajuña (Madrid) causando la muerte a sus tres ocupantes perdió el ala impactar contra un buitre, un ave de considerable tamaño que arrancó el ala del fuselaje, haciendo imposible el vuelo del avión.
El ala se localizó a unos cientos de metros del lugar donde cayó el avión, que según un testigo presencial descendió en picado. El avión quedó hecho un amasijo de hierros, lo cual dificultó la extracción de los cuerpos. Los fallecidos son Andrés López Revuelta (22 años), Joan Serra Lloveras (22) y Marc Campos Recasens (27).
Según informa el diario El Mundo, en la zona de Perales de Tajuña, en la provincia de Madrid, es frecuente ver volar a los buitres, «debido a su cercanía con el parque regional del Sureste, una zona protegida de la Comunidad de Madrid».
El accidente se produjo ayer a primeras horas de la tarde, cuando el avión, propiedad del Aeroclub Barcelona Sabadell, se dirigía al aeropuerto de Cuatro de Vientos, tras haber despegado del Aeropuerto de Sabadell.
Los accidentes aéreos de pequeños aviones que han causado muertes a causa del impacto contra aves han sido practicamente inexistentes en España durante los últimos años. Sin embargo, en lo que va de año ya se han producido dos siniestros con un terrible balance: siete fallecidos.
El anterior accidente se produjo el pasado 16 de enero, cuando un avión Socata TB-20 Trinidad que volaba de Muxamell al aeródromo Los Oteros, en León, impactó contra un buitre cuando sobrevolaba a provincia de Cuenca. Fallecieron los cuatro ocupantes del aparato, miembros de una misma familia. En una de las alas había restos de un buitre.