Las aerolíneas EasyJet y Ryanair, líderes en el bajo coste europeo, tendrán que desplazar su sede central a un país de la Unión Europea y, además, tendrán que vender parte de sus acciones a ciudadanos de países comunitarios, si quieren mantener las rutas que cubren actualmente dentro de la Europa continental después del Brexit.
Esta es en esencia la información exclusiva que ayer reveló el diario The Guardian, que indica que así lo han advertido altos funcionarios comunitarios en reuniones privadas con ejecutivos de varias aerolíneas. La adopción de estas nuevas normas obligaría las compañías aéreas afectadas a emprender reestructuraciones. Los cambios que se plantean tendrían consecuencias para la economía británica, incluyendo una pérdida de puestos de trabajo.
The Guardian especula en su información que, atendidas las intenciones del gobierno británico de llevar a cabo el Brexit ‘duro’, Londres podría tomar medidas recíprocas contra compañías aéreas en manos comunitarias, hecho que podría deemboca en que estas empresas redujesen sus inversiones en el Reino Unido o bien a estableciesen filiales.
Estas informaciones se conocieron ayer, el mismo día que la Cámara de los Lores británica hacía público un informe en que avisaba que la falta de un acuerdo comercial con la UE después del Brexit perjudicaría particularmente el sector de la aviación y también el televisivo, en no estar cubiertos ninguno de los dos por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En la información se explica que British Airways no realiza vuelo dentro del espacio de la UE (es decir, excluyendo al Reino Unido), pero que su matriz, IAG, «probablemente necesitará» realizar cambio en el accionariado a fin de que la propiedad sea mayoritaria de la UE.
El presidente de la comisión sobre el mercado interno europeo, Larry Whitty, instó el gobierno de Theresa May a llegar al “acuerdo de libre comercio más exhaustivo que nunca se haya negociado con la UE”, para proteger la economía británica. La comisión también pidió que se negocie un buen “acuerdo de transición”, para que las empresas británicas puedan continuar operando con normalidad en el periodo entre que el Reino Unido sale de la UE y entra en vigor un nuevo pacto bilateral.
En su informe, los lores alertan que la falta de un acuerdo de comercio entre Londres y Bruselas perjudicaría sobre todo el sector exportador, no sólo de bienes sino de servicios financieros y “no financieros”, especialmente las aerolíneas y los canales de televisión, que tendrían dificultades para operar en el continente. La premier May ha anunciado que activará el Brexit el 29 de marzo.