La operación es pionera en el España y servirá para valorar la viabilidad de la implantación de este procedimiento en el aeropuerto pirenaico, lo cual podría facilitar la llegada de más vuelos en el futuro puesto que mejora notablemente las opciones de aproximación en caso de niebla o nubes.
El avión, un ATR72-500 operado por Swiftair y con capacidad para 72 pasajeros, despegó del aeropuerto de Madrid-Barajas con los técnicos a bordo y aterrizó en Andorra-la Seu hacia el mediodía. El aterrizaje se aprovechó para medir varios parámetros técnicos que hay que tener en cuenta a la hora de valorar si los vuelos instrumentales son viables en esta instalación.
De hecho, el responsables del análisis de la operativa es Luis Pérez, profesor titular del Departamento de Sistemas Aeroespaciales, Transporte Aéreo y Aeropuertos de la Universidad Politécnica de Madrid. Pérez ha subrayado que en nuestro país «hay poca experiencia al operar con instrumental en pistas visuales» como es el caso del aeropuerto Andorra – la Seu. De hecho, en España aún no hay ningún aeropuerto que utilice este sistema, a pesar de que ya se utiliza de forma habitual en otros países, especialmente en el norte de Europa.
En el mundo aeronáutico se conoce como Sistema de Navegación Global por Satélite (en las siglas en inglés, GNSS). Hasta ahora todos los aeropuertos de la península utilizan ayudas convencionales, pero se quiere aprovechar que el aeropuerto de la Seu es de reciente creación para introducirlo, cosa convertiría la instalación pirenaica en pionera.
Uno de los puntos más complejos con que se ha encontrado el estudio es la pendiente de aterrizaje, que es de 4,5 grados (el habitual es hasta 3,5), cosa que obliga a coger más velocidad vertical de descenso y, en caso de poca visibilidad, complica la operación. Aún así, Pérez cree que el tipo de aviones admitidos en la Seu pueden asumir este requisito y ha puesto de ejemplo el aeropuerto de London City, a poca distancia del centro de la capital británica, donde los aviones aterrizan con una pendiente todavía más pronunciado, de hasta 5,5.
Condiciones idóneas en la Alt Urgell
Por eso, el profesor de la UPM confía que la autoridad aeroportuaria acabe dando la certificación al Aeropuerto Andorra-la Seu para estas operaciones. Como puntos favorables, Luis Pérez ha apuntado especialmente el hecho que en la zona de la Alt Urgell y el Pirineo las nubes suelen estar mayor altura, por encima de los 5.000 pies, que en otras áreas donde son habituales las nubes bajas, como el litoral, o la niebla espesa, en las mesetas interiores. Así, a pesar de la orografía, las condiciones meteorológicas pirenaicas facilitan las maniobras en caso de reducción de la visibilidad, puesto que los pilotos ya no se encuentran con las nubes cuando están a punto de aterrizar y, por lo tanto, no tienen que abortar la operación.
El también responsable del Grupo de Investigación de Navegación Aérea concluye que «esto facilita disponer de más regularidad en los vuelos, porque reduce las posibilidades que se tengan que anular aterrizajes o despegues por la meteorología». Todo y la posibilidad de ampliar el número de vuelos, Pérez ha querido aclarar que el potencial de crecimiento del aeropuerto de la Seu «viene marcado por sus dimensiones limitadas y por el hecho de que no puede crecer más. No obstante, cree que sí que hay margen porque reciba más vuelos comerciales porque hay público potencial interesado en ir a Andorra y a los Pirineos en avión.
Finalmente, el experto ha remarcado que los sistemas utilizados hasta ahora están quedando «obsoletos» y que por lo tanto tiene toda la lógica que en la Seu se instale el GNSS, teniendo en cuenta que es la tendencia actual.
Texto: Ràdio Seu