El gobierno portugués vende al brasileño David Neeleman el 61% de la aerolínea TAP por 354 millones de euros. La operación culmina la mayor privatización del actual Ejecutivo conservador. Neeleman es el propietario de la aerolínea brasileña Azul.
Pero solo diez millones de la venta irán a las arcas del Estado porque TAP cuenta con una deuda de mil millones. En función de los resultados en 2015, el pago podría ascender hasta 488 millones. Neeleman también incorporará 53 nuevos aviones.
“El Consejo de Ministros dio un importante espaldarazo al aeropuerto de Lisboa como eje internacional, para consolidarlo”, manifestó el primer ministro, Pedro Passos Coelho. “Es una decisión para que todos los servicios, con el turismo en primer lugar, puedan beneficiarse de unas condiciones claras y una accesibilidad de conexiones”.
Con estas palabras, Passos Coelho quería remarcar el hecho de que el brasileño-estadounidense Neeleman que posee la mayor aerolínea de Brasil Azul debe asegurar los vuelos transatlánticos para TAP.
Su contrincante era el colombiano-brasileño Germán Edromovich dueño de Avianca. Neeleman se presentaba junto al portugués Humberto Pedrosa para esquivar la ley de Bruselas que prohibe que una compañía aérea europea sea controlada en más del cincuenta por ciento por extracomunitarios. El Estado portugés mantendrá un 34% de las acciones y los trabajadores un 5%.
TAP transportó el pasado año unos 11,4 millones de pasajeros -récord de la compañía- a 88 destinos en África, Europa y América, continente éste último donde es líder en las conexiones entre Brasil y Europa, aunque pese a ello terminó el ejercicio con pérdidas de 85 millones.
La aerolínea, que opera desde 1945, cuenta con una plantilla de más de 5.000 personas y una flota de 77 aviones.