Los investigadores rusos que analizan las causas del accidente del avión militar que se estrelló el pasado domingo en el Mar Negro, con 92 personas a bordo, creen que un fallo en los flaps pudo ser la causa del siniestro.
Así se desprende del primer análisis de la primera de las cajas negras del aparato recuperada, según la agencia Interfax y otros medios rusos, que citan fuentes anónimas de la investigación. Este miércoles ha sido recuperada la segunda caja negra.
El avión, un Tupolev 154 del Ministerio de Defensa, no pudo ascender a suficiente velocidad porque los flaps no funcionaron al unísono, según las mismas fuentes. Como consecuencia, el aparato cayó al mar y tocó la superficie, partiéndose en dos, según el testimonio de un testigo.
Otras fuentes, citadas por la agencia Interfax, aseguran que la teoría principal apunta a un fallo del piloto. Ninguna de estas informaciones ha sido confirmada oficialmente.
Construido en 1983 y reparado en 2014
El avión, construido en 1983 en la entonces Unión Soviética, fue sometido a una reparación general en diciembre de 2014. Interfax informó este martes de que las autoridades rusas habían prohibido los vuelos de todos los aparatos del mismo tipo, aunque no hubo confirmación oficial.
Sólo dos Tupolev prestan servicio en aerolíneas comerciales, el resto son usados por distintas agencias gubernamentales, según informa Reuters.
A bordo de la aeronave siniestrada, además de sus ocho tripulantes, viajaban 64 miembros de la agrupación de coro y danza Alexándrov del Ejército ruso, nueve periodistas, ocho militares, ocho tripulantes, dos funcionarios y la famosa doctora Elizaveta Glinka, presidenta de una fundación humanitaria.
Los artistas militares volaban a Siria para ofrecer un concierto de Año Nuevo en la base área de Jemimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra. Hasta el momento, los equipos de rescate han encontrado 15 cuerpos.
Texto: www.rtve.es