El asiento de un avión no es nuestra cama. De hecho, un avión es un entorno bastante hostil a la hora de conciliar el sueño. En los trayectos de larga duración, nos gustaría dormir durante el vuelo para ajustarnos lo antes posible al jet-lag o para no comenzar las vacaciones demasiado cansados. Una experimentada auxiliar de vuelo y un experto en trastornos del sueño nos guían sobre cómo lograrlo. / Esta noticia se puede leer en www.elpais.com.