En un acto celebrado el pasado 4 de junio en las instalaciones de Northrop Grumman en Palmdale (California; EEUU) se presentó el primero de los cinco aviones no tripulados de vigilancia terrestre RQ-4B, que es un derivado del Block 40 Global Hawk que desde años utiliza la USAF.
Según informa el fabricante en su web, el aparato ha sido diseñado para realizar diferentes misiones, como la protección a las tropas en tierra y a la población civil, control de fronteras, vigilancia marítima, lucha contra el terrorismo, gestión de crisis y asistencia humanitaria en casos de desastres naturales.
Además de los aviones, el programa comprende estaciones móviles y transportables. En el programa trabajan además de Northrop Grumman, Airbus Defence and Space, Selex ES (Italia) y Kongsberg (Noruega), así como las principales empresas de defensa de los 15 países participantes: Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Alemania, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y Estados Unidos,
El programa recibió la luz verde en la cumbre de la OTAN de 2012 y, entonces, se presupuestó en 1.700 millones de dólares, según informa la web Flightglobal, que asegura que el primer vuelo se hará entre los próximos meses de agosto y septiembre.