Los sindicatos de pilotos, SEPLA, y de controladores, USCA, consideran necesario que la Administración desarrolle lo antes posible un reglamento para la operación con drones (aeronaves pilotadas por control remoto), así como que haya una armonización de la normativa europea relacionada con estas operaciones para garantizar la seguridad aérea.
Esta fue la principal reivindicación que los pilotos y los controladores transmitieron a los medios de comunicación en la jornada divulgativa que organizó SEPLA, con la participación de representantes de USCA, para destacar la necesidad de esa legislación en un momento en el que el desarrollo tecnológico va más deprisa que el normativo.
En un campo de aeromodelismo de la localidad madrileña de Majadahonda, pilotos, controladores y periodistas pudieron volar el pasado día 19 de junio estos aparatos, denominados también RPAS, por sus siglas en inglés, (Remotely Piloted Aircraft Systems), mientras resolvían dudas sobre su funcionamiento y los múltiples usos que se les pueden dar.
Según cálculos del sector aéreo, en los últimos 4 años se han vendido en España unos 5.000 drones con un peso inferior a los 25 kilos y hay unas 160 empresas autorizadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para volar estos aparatos, aunque tanto controladores como pilotos creen que una vez que se implante una reglamentación el crecimiento va a ser exponencial.
“Todo apunta a que en el futuro estos aparatos tengan cada vez mayor difusión y se integren en el espacio aéreo con tráfico controlado”, explicó Joaquín Lucio Villegas, uno de los dos representantes de USCA que participaron en la jornada y que quiso dejar claro que para ello un DRON “tiene que ser un usuario más y tener todos los requisitos de seguridad que se le piden a una aeronave comercial”.
Entre estos requisitos, Villegas detalló que tienen que disponer de radiocomunicación en ambos sentidos, así como tener la capacidad para detectar y evitar obstáculos y han de poder ejecutar las maniobras que el controlador les pida en el mismo tiempo que lo haría una aeronave tripulada. Sólo así podrían volar en las mismas zonas en que opera el tráfico estándar en estos momentos y que en la actualidad están vetadas a estos aparatos.
La legislación actual sólo permite a los RPAS volar en espacio aéreo reservado para ellos, que se denomina “espacio aéreo segregado”, según manifestó la Secretaria de Asuntos Profesionales de USCA, Susana Lloreda, que resaltó que la reserva de este espacio se hace acudiendo a la autoridad aeronáutica, en este caso a la AESA, que es quien determina este hecho en un NOTAM.
A juicio de Lloreda el problema estriba que en la actualidad la presión de la industria de RPAS es muy fuerte, ya que tiene un campo de actuación muy amplio y en pleno desarrollo, y se está encontrando con la falta de una regulación estatal, que, además, esté armonizada a nivel europeo.
Incursiones en el espacio aéreo conrolado
Las incursiones ilegales de drones en espacio aéreo controlado han provocado en los últimos tiempos varios incidentes de seguridad, como el que se registró en el verano de 2014 en el aeropuerto londinense de Heathrow, donde una aeronave pilotada por control remoto “estuvo demasiado cerca de un avión comercial y originó una investigación por parte de las autoridades civiles aeronáuticas inglesas”, señaló Villegas.
Por su parte, Susana Lloreda manifestó que otro de los problemas de seguridad que plantean los drones es que debido a su pequeño tamaño los pilotos no los ven. “Un piloto ve un tráfico ligero, ve las avionetas, pero no un dron, aparte de que hoy en día la tecnología no permite a estos aparatos detectar a una aeronave, con lo que tendría que ser el avión tripulado el que evitara al no tripulado”.
Desde el SEPLA, Rafael Teijo, explicó las diferencias entre un avión tripulado (volado por un piloto) y un dron y señaló que este último es un sistema compuesto por tres elementos: la aeronave, el mando de control y un sistema de comunicación y control. Cada uno de ellos con sus dificultades y problemas. “Pero si encima, el RPA entra en un espacio controlado, también tendría que tener comunicación VHF por radio para poder hablar con el controlador. Todo esto hace que sea muy complicado, porque la evolución técnica va muy rápido, pero la normativa evoluciona muy despacio porque tiene muchos problemas de integración con el espacio aéreo”.
Sobre el desarrollo normativo, se espera que la futura norma esté lista antes de 2016, ya que en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea está valorando las alegaciones presentadas al Real Decreto que la actualiza.
La futura normativa determina que los vuelos tendrían que cumplir con unas medidas específicas de seguridad y limita su uso a un máximo de 100 metros de distancia y de 10 de altura entre el dron y el piloto. Esto en lo que se refiere a las aeronaves no tripuladas cuyo peso sobrepase los 25 kilos. Por debajo de ese peso, podrían volar en un espacio aéreo no controlado más allá del alcance visual del pilotos.
En estos momentos, no se permite el uso de drones en zonas urbanas. Sólo se pueden manejar fuera de núcleos de población, edificios, edificaciones, reuniones de personas al aire libre y de espacios aéreos no controlados.
En cuanto a la armonización europea, Lloreda señaló que la Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol) estima tener un documento listo para 2020. Por el momento, ya se ha abierto el proceso de trabajo que le dará forma, el Notice for Proposed Amendments (NPA).