La consultora Droneii, especializada en la evaluación de drones profesionales, ha valorado dos modelos de la compañía catalana Catuav entre los 10 mejores del mundo, por sus características, en la categoría de uno a cuatro kilogramos de peso. En el ránking de aparatos voladores de cuatro a 25 kilogramos también hay tres modelos de esta empresa de Moià.
Los *drones que solemos ver más a menudo son los multicópteros, que tienen una tecnología sencilla y son los que utilizan los afcionados normalmente. Este tipo de drones se ha puesto de moda como juguete, a pesar de que también hay numerosos modelos diseñados para usos profesionales.
En cambio, los drones de Catuav son de uso profesional y tienen el ala fija, de forma que parecen aviones en miniatura. También son más caros, pero tienen más autonomía, puesto que permiten vuelos de entre una y dos horas de duración, por lo cual son los más utilizados con finalidades científicas y técnicas.
Según el análisis que hace Droneii, los drones de ala fija son hasta cinco veces más eficientes que los que se basan en tecnología del autogiro. De hecho, los que llevan alas representan siete de los 10 primeros dentro del ranking de modelos de uno a cuatro kilos.
En la lista de los drones más pesados, Catuav también ha situado tres de sus modelos entre los 10 primeros. Dos de estos están equipados con motores de gasolina y pueden hacer vuelos prolongados de entre seis y 14 horas. El tercer modelo tiene un motor eléctrico.
Entre las misiones de relevancia en que ha participado Catuav, destaca la evaluación sobre el terreno de los daños causados por el terremoto de Lorca (Murcia) en 2011. Menos de 24 horas después del seísmo, uno de los aviones ya estaba en la zona para determinar desde el aire los principales daños que había sufrido la ciudad.
La compañía también ha participado en proyectos relacionados, por ejemplo, con el control de cosechas por parte de la Unión Europea para confirmar si las subvenciones concedidas estaban justificadas; la detección de minas antipersonas en Bosnia, el transporte de sedimentos y vertidos industriales a los ríos españoles, y la eficiencia luminosa en ciudades.