Algunos restos humanos fueron arrastrados por la corriente hasta la playa de la base aérea de Eglin, en el Golfo de México, tras el accidente ocurrido durante la noche del pasado martes, en una misión de entrenamiento rutinaria.
También se encontraron partes del fueselaje del helicóptero, un «Black Hawk» UH-60. Las autoridades militares estadounidenses creen que los soldados desaparecidos están muertos.
En tanto, prosigue su búsqueda, que se ha visto entorpecida por la fuerte niebla. «Sigue siendo considerada una misión de búsqueda y rescate», dijo la portavoz militar Sara Vidoni, agregando que la «espesa niebla está complicando» los esfuerzos de salvamento.
Sólo regresó uno de los helicópteros
Dos helicópteros despegaron de la base militar la noche del martes para realizar maniobras de entrenamiento. El primero de los aparatos regresó a su hora, mientras el segundo fue dado por desaparecido a las 20:30, hora local del martes. Los equipos de rescate encontraron los restos del aparato en la zona, unas seis horas después.
Durante el entrenamiento, los soldados tenían que saltar al agua y llegar a tierra firme. Los infantes de Marina participaban en una unidad de operaciones especiales con base en Camp Lejeune, Carolina del Norte, mientras que la tripulación y el helicóptero pertenecían a la Guardia Nacional de Luisiana, explicó otro portavoz de la base, Andy Bourland, en un comunicado.
Los familiares ya fueron informados, aunque Bourland explicó, que aún es muy temprano para determinar las causas del accidente.