Un avión de Alaska Airlines despegó ayer del aeropuerto de Seattle con destino a Los Ángeles con un trabajador de handling en el interior de la bodega al haberse quedado dormido. El avión, que voló durante 14 minutos, regresó al aeropuerto al oir los pasajeros y tripulación los golpes que daba.
Según informa el diario británico The Guardian, el trabajador permaneció en una zona presurizada y con temperatura controlada. Tras el aterrizaje, fue trasladado a un hospital como medida de precaución, siendo sometido a un control de drogas. El trabajador implicado pertenece a la plantilla de la empresa Menzies Aviation.
Se da la circunstancia de que antes de comenzar el vuelo el jefe del grupo de empleados que atendió los preparativos del vuelo echó en falta su ausencia. Le llamó y le envió un mensaje por el teléfono móvil pero no obtuvo respuesta, motivo por el cual se consideró que había finalizado su jornada de trabajo.