No es frecuente que un mismo día se produzcan en España dos accidentes aéreos. Menos aún, que los siniestros afecten a dos aeronaves similares, dos planeadores, y todavía menos que ambos accidentes ocurriesen en el Pirineo de Huesca, en cuyas laderas se encuentra el aeródromo de Santa Cilia de Jaca,
Según los informes preliminares publicados en la web de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), los accidentes se produjeron el pasado 23 de agosto. En uno de elos se vio implicada la aeronave Glasflugel Sd Libelle 201B, matrícula EC-HJY, que sufrió un accidente al aterrizar fuera de campo cuando realizaba un vuelo privado con origen y destino en el Aeródromo de Santa Cilia (Huesca).
Según la CIAIAC, la aeronave se encontraba en vuelo a unos 1.000 m de altura cuando sobrevino repentinamente un problema mecánico en el timón de dirección que hizo que éste se deflectase por completo a derechas.
El piloto trató de compensar la guiñada inducida a derechas mediante alabeo a izquierdas, consiguiendo que la aeronave fuera capaz de mantener el rumbo, pero con un régimen de descenso muy alto y con poca opción de giro seguro.
A continuación trató de aterrizar en emergencia pero antes de llegar al suelo el plano izquierdo golpeó con el tronco de un árbol, se desprendió, y el resto de la aeronave llegó al suelo fuera de control pocos metros más adelante.
El único ocupante de la aeronave resultó herido grave y fue trasladado en helicóptero a un centro hospitalario. La aeronave resultó con daños importantes.
Participaba en la XIV Copa Pirineos
El segundo siniestro también está relacionado con Santa Cilia de Jaca, pues de allí despegó el planeador Glaser Dirks DG-300 Elan, matrícula D-1969, que sufrió un accidente en Torla (Huesca) cuando participaba en la XIV Copa Pirineos.
La aeronave despegó a las 14:15 horas. A las 17:30 horas, al aproximarse a una ladera a 7 km al oeste de la localidad de Broto (Huesca), se vio sometida a una corriente descendente que la hizo perder altura súbitamente, motivo por el cual el piloto se vio bligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en la ladera.
La aeronave resultó con daños en la cabina, planos y con el fuselaje fracturado. El piloto sufrió la fractura de una vértebra.